domingo, 27 de enero de 2019

Ruido.

A veces no sé comunicarme
sin hacer demasiado ruido,
estoy intentando no frustrarme
con mi corazón hecho de resistencia
pero tengo el alma al descubierto
y dormido el cuerpo.

Me sofoca el temor
a no poder desatar
los intentos de ser
sin menos ataduras
y no quiero detenerme
en las manchas sobre la pared
sin deslizarme por ella
como si estuviera pintando
un girasol
que no guardaré
solamente para mí.

¿Puedo reírme de mi desastre?
¿De mis nervios?
¿De mi estúpida manía por ser
mejor de lo que soy
como si en lo que soy
no tuviera mucho que arreglar?

Voy a quedarme en cada letra
y a jugar a que el silencio
esta vez, no me come.
Si juego un poco, tal vez
mañana pueda ser
mejor de lo que soy. ©

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